Está demostrado que cuando llevamos a cabo acciones físicas aprendidas es nuestro cerebro quien coordina los movimientos exactos necesarios para realizar dicha actividad.
Así es, nuestro cerebro se vale de sus millones de células neuronas para organizar comandos en forma de pulsos eléctricos y lograr un objetivo. La mayoría de estas acciones suelen ser muy simples y la verdad es que las damos por sentado sin ni siquiera pensar en ello.
Respiramos, nuestro corazón late y cada día nos dormimos y nos despertamos, entre muchas actividades más y todas ellas las hacemos sin pensarlo.
La realidad es mucho más compleja, en cada movimiento nuestro cerebro lleva a cabo innumerables cálculos y a una velocidad verdaderamente elevada. El controla por ejemplo la respiración y los latidos del corazón de una manera rítmica y casi perfecta.