En esta oportunidad quiero compartir con ustedes un artículo de un blog amigo que trata sobre un tema que vengo discutiendo ampliamente en varios foros y sobre el cual he dedicado mucho tiempo a pensar y a meditar.
Desde hace ya varios años vengo meditando sobre la contínua guerra que existe entre la Ciencia y la Religión. Cada una haciendo lo mejor que pueden para ofrecernos respuestas a preguntas que nos hemos planteado desde los inicios de la humanidad. Particularmente creo que la Ciencia y la Religión son dos idiomas muy distintos trantando de explicar un mismo fenómeno. Pienso que ambas están en lo cierto, sólo que al tratarse de dos idiomas distintos sus respuestas no nos parecen las mismas.
Más o menos sobre eso trata el artículo, espero que lo lean y lo mediten sin apasionamientos ni sobresaltos.
Hasta luego.
El clásico debate de «Ciencia vs Religión» ha sido estudiado, disectado, explorado, profundizado, y en mi opinión, malinterpretado, hasta más no poder. Hoy planeo ofrecerles mi opinión al respecto, que espero aporte un granito de arena al tema y quizás muestra una luz al final del túnel para muchos estancados en la eterna discusión de «cuál es más importante»…
Soy de la opinión de que en su núcleo ambas filosofías son la misma cosa, pues en realidad ambas quieren darnos una respuesta bastante primordial a incógnitas que nos acompañan desde que tenemos uso de razón: ¿De dónde provenimos? ¿Qué es esta realidad que experimentamos?Busquen cualquier teoría científica sobre el origen del universo, o de lo que es la realidad, y contrasten con las creencias de prácticamente cualquier religión, y al final de cuentas, esas son las preguntas que queremos responder…
La Ciencia nos propone leyes de naturaleza apoyadas en matemática y lógica. La Religión nos propone explicaciones divinas de una Creación por un Creador. Como simple ejemplo, el Génesis en la Biblia Cristiana no es más que el Big Bang de la Ciencia. Y Dios no es más que ecuaciones matemáticas en libros de ciencia.
Habiendo dicho eso, viajemos brevemente al pasado a alrededor de hace unos 100,000 años, momento en que surgieron los primeros seres capaces de introspección y entender que están vivos y que existe una naturaleza más allá de sus narices.
Ahora, quiero que se imaginen que son uno de esos seres, y que en una noche tormentosa ven un gran destello de luz, escuchan un tormentoso rayo, y ven como un árbol se enciende en llamas ante el temblor de sus ojos.
¿Cómo explicarían ese suceso?
Pues en ese instante en que alguien ponderó la mágica pregunta «¿por qué?» es que creo que surgió no solo nuestra humanidad, sino el deseo de querer explicar el mundo a nuestro alrededor. Ese deseo de explicar el mundo, es lo que hoy llamamos Ciencia y Religión, y en ese entonces eran una sola cosa.
Obviamente en ese entonces no poseíamos el conocimiento científico del mundo que hoy poseemos, y por tanto no podíamos saber que el fenómeno del rayo que calló y encendió un árbol tenía una perfecta explicación lógica, basada en el fenómeno del electromagnetismo, por lo que hicimos lo mejor que pudimos hacer en ese momento: Tratamos de adivinar lo que sucedía. Creamos una hipótesis de lo acontecido, aunque noten que como toda hipótesis esta bien podría tornarse errónea con el pasar de futuros descubrimientos, como bien aprendimos milenios después…
La hipótesis que nos creamos en ese entonces, sin evidencia contundente directa, sino que por deducción por falta de variables confiables, es que el rayo era producto de un ser superior que lo había enviado hasta la Tierra, y quizás nosotros tuvimos algo que ver con que ese ser o Dios enviara ese rayo.
Ahí surgió de paso el antropomorfismo, o el sentimiento de que todo gira a nuestro alrededor como humanos. Nos sentimos especiales.
Entonces empezamos a hacernos preguntas en relación a nosotros y esos dioses que suponíamos habitaban el cielo: ¿Nos habíamos portado mal? ¿O quería un dios que descubriésemos el fuego? ¿O quizás estaba algún dios enojado con otros dioses y nosotros los meros mortales estábamos por coincidencia en medio del campo de batalla? ¿Cómo saber qué era lo que estaban haciendo esos dioses?
Continuar leyendo en la fuente original aquí.
orale!!!
Estás muy mal, La guerra no la empezó la ciencia, la empezó la religión desde que torturaron a Galileo cada vez que bloquean el progreso médico y los derechos de la mujer. La religión es una forma arcaica de explicarnos las cosas cuando la civilización humana comenzaba, ya no es necesaria. La religion empieza con conclusiones y muchas religiones no permiten el cambio, no cambian ante la evidencia, mientras que la ciencia siempre quiere ser probada falsa para mejorar, la ciencia evoluciona y si la religión evoluciona, deja de ser infalible a la palabra de Dios. Mientras obispos quieran que se enseñen fantasías en clases de biología la guerra solo empeorara, ellos son los que no están respetando los tratados y valores laicos por los que lucharon tanto los fundadores de nuestras democracias.