En nuestro universo, todo cuanto existe está formado por los mismos elementos; azufre, carbono, hidrogeno, oxigeno, nitrógeno, fosforo, potasio etc.
De todos los elementos que se encuentran en todo el universo existen 4 que facilitan la formación de los organismos “vivos”.
Estos 4 “fantásticos” son: Carbono, Hidrogeno, Oxigeno y Nitrógeno.
Ellos permiten la formación de enlaces covalentes entre ellos, compartiendo electrones, debido a su pequeña diferencia de electronegatividad. Estos enlaces son muy estables, la fuerza de enlace es directamente proporcional a las masas de los átomos unidos.
Permiten a los átomos de carbono la posibilidad de formar esqueletos tridimensionales –C-C-C- para formar compuestos con número variable de carbonos.
Permiten la formación de enlaces múltiples (dobles y triples) entre C y C, C y O, C y N, así como estructuras lineales ramificadas cíclicas, heterocíclicas, etc.
Permiten la posibilidad de que con pocos elementos se den una enorme variedad de grupos funcionales (alcoholes, aldehídos, cetonas, ácidos, aminas, etc.) con propiedades químicas y físicas diferentes.
Que conste que estos elementos “no están vivos” pero sin duda parecen estarlo, por la manera en que cooperan entre si.
Bueno, el fin es que se unieron, interactuaron, intercambiaron materia y formaron Biomoléculas Inorgánicas, como el agua y los gases por ejemplo. Algunas de estas biomoléculas se vieron en condiciones ambientales favorables y se convirtieron en Biomoléculas Orgánicas como los glúcidos, lípidos, las proteínas y los ácidos nucleicos.
Varias de estas biomoléculas orgánicas se unieron para formar organismos vivos unicelulares como los protozoos. Existen algunos protozoos parásitos capaces de controlar el cerebro de su anfitrión.
Está documentado que las hormigas al detectar a alguna de ellas infectada con alguno de estos parásitos la matan y la alejan del resto de la colonia, así como también hay parásitos que para completar su ciclo de vida deben controlar el cerebro de su anfitrión para llevarlo a hacer cosas en su beneficio y en perjuicio propio. Tal es el caso del Toxoplasma Gondii, un protozoo parásito mejor conocido como toxoplasmosis que al encontrarse en las ratas, modifica el miedo que éstas le tienen a los gatos, al punto de hacerlas merodear cerca de ellos. Una vez que el gato ataca, devorando a la rata infectada, el parásito puede continuar si ciclo de vida en el gato. ¿Inteligente no?
También tenemos el caso de otro parásito, cuyo anfitrión final es el conejo y para llegar hasta el debe infectar a una hormiga, controlarla y hacerla subirse a las copas de las hojas donde un conejo no tarde en comerla.
Aquí les dejo con dos ejemplos “vivos”. En el video verán a un grillo suicidarse en el agua por orden de un parásito que luego sale nadando. También un gusano que se sube a un lugar donde un pájaro pueda comerlo, también por órdenes de estos seres escalofriantes que no están hechos mas que con una sola célula, esta a su vez por biomoléculas que a su vez están formadas por átomos de carbono, hidrogeno, oxigeno y nitrógeno, los cuales están formados por electrones, protones y neutrones. ¿Sencillo no?
Definitivamente; si comparamos nuestro entorno o medio ambiente con el ambiente visual de un programa computacional, ambos se corresponderían muy bien ya que toda acción surge u ocurre por la ejecución de códigos no visibles en el entorno a menos que sea revisado por un experto en la materia. Por ejemplo en la vida misma: Los códigos genéticos, moléculas, protones, neutrones, etc. Son elementos que forman parte digamos del ¨Sistema Operativo de la Vida¨.
Fíjate como en un programa de computadora cuando un programador conoce el lenguaje puede emular de todo dentro de ese ambiente, como crear objetos, otros programas que siguen un patrón dentro del mismo ambiente, mejoras al entorno, etc.
Un claro ejemplo al estilo informático para completar la idea; sería qué DIOS es nuestro programador por excelencia y él diseñó los códigos bajo un lenguaje divino o como dije: Sistema Operativo de la Vida, el cual rige todo este ambiente de un modo incomprensible para nosotros, tal y como explicas sobre el hecho de que elementos diminutos y sin ninguna vida se puedan orquestrar para generar seres vivos de un modo extraordinario.
Bueno, esa es mi humilde opinión y creo que viéndolo de ese modo nos permite comprender mejor como está estructurado este sistema de cosas, sin volvernos locos o morir en el intento.
¡Saludos Sr. Amadeus!